EL GUIÓN DEL MUSEO

Los contenidos de un museo deben narrarse siguiendo un guión que dé coherencia al conjunto.

¿Qué queremos contar a los visitantes?

¿En qué consiste el guión de un museo?. La visita a una exposición, debe tener una estructura narrativa, es por eso que titulamos este artículo el guión del museo.

Pero, ¿cómo se cuentan las historias?. De la forma en la que las entiende el razonamiento humano:

INTRODUCCIÓN  –  NUDO  –  DESENLACE

Y esto ¿cómo se traslada a una exposición?

INTRODUCCIÓN: cuando un visitante accede a una exposición debemos contarle los conocimientos básicos sobre la materia que vamos a tratar, relacionandolos con cosas cotidianas, conocidas por todos, fácilmente identificables, por lo que podrán conectar con lo nuevo casi sin esfuerzo.

Se agarrará a lo conocido para explorar con seguridad sobre lo desconocido, que es un recurso muy útil para esta primera fase son los audiovisuales.

Grupo en una visita guionizada.
Un grupo de visitantes siguiendo una visita guionizada

NUDO: se trata de la parte central del discurso o narración expositiva. Aquí desarrollaremos cada uno de los contenidos que hemos comenzado a apuntar en la introducción.

Deberemos utilizar recursos variados, con que lograremos evitar que la visita resulte monótona y, por otro lado, captar la atención de un público muy diverso, con distintas formas de aprendizaje como la contemplación, la escucha de una narración o la búsqueda activa mediante sistemas interactivos.

En este apartado podemos proponer al visitante tres caminos:

  • Sencillo, breve y directo.
  • Medio, con un mayor nivel de contenido.
  • Reflexivo, con un importante nivel de información, con espacios que permitan profundizar en la materia tanto como se desee.

Comenzar de forma breve no evita que la curiosidad nos empuje a querer saber más y lograr que busquemos un camino más complejo.

DESENLACE: y el guión de un museo debe finalizar aquí, en el lugar donde se sacan las conclusiones. Lo ideal no es aportar una solución cerrada, sino más bien un final abierto y que por tanto sea el propio visitante quien decida, ya que se trata de que cada individuo reflexione.

Esta estructura narrativa facilita que el conocimiento se vaya adquiriendo de forma progresiva y comprensible. Por todo ello, cada persona podrá encontrar un espacio en que se sienta cómodo y  disfrute de la visita.

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